Ushebti es un término egipcio que significa «los que
responden» y son pequeñas estatuas que, en el Antiguo Egipto, se depositaban en
la tumba del difunto. La mayoría estaban hechas de fayenza, madera o piedra
aunque los más valiosos estaban tallados en lapislázuli. Su cometido en la
religión y mitología egipcia era servirle al difunto en el Aaru (el Paraíso de
la mitología egipcia), ya que los egipcios pensaban que estas estatuillas
trabajarían para ellos en la otra vida.
Su nombre varió a medida que la lengua egipcia fue
evolucionando. Se denominaron shabtis durante el Imperio Medio, shauabtis en el
Imperio Nuevo y ushebtis a partir del Periodo tardío de Egipto.
Los ejemplares más antiguos proceden de la tumba de Gua en
Bersha, que vivió durante el Imperio Medio.
Generalmente eran figuras momiformes, a imagen del difunto,
portando una azada y, a veces, un saco a la espalda. En el Imperio Medio
llevaban inscrito el ensalmo 472 de los Textos de los Sarcófagos; durante el
Imperio Nuevo, en la parte delantera tenían escrito el capítulo VI del Libro de
los Muertos que, recitándolo, "les dotaba de vida" y así podían
trabajar en lugar del difunto.
El número de ushebtis depositados en las tumbas varió según
la época e importancia del personaje. Algunos enterramientos del Imperio Nuevo
poseían 365 ushebtis, o más, correspondientes a cada día del año; se
encontraron más de cuatrocientos en la tumba del faraón Tutanjamón
(Tutankamon), en la de Sethy I más de setecientos, y en la de Taharqo más de un
millar.
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